Crecer,
hacerse mayor, envejecer, ver el tiempo pasar y en definitiva olvidar. Dicen
que el tiempo cura cualquier tipo de herida y que cuándo sea el momento
estaremos listos para el final, pero yo no estoy tan seguro de ello.
Momentos
inolvidables que vivimos acompañados por las mejores personas o por el contrario
las peores experiencias imaginadas, todo algún día será borrado de
nuestra mente. Por desgracia, descubrimos que la historia interminable con la
que todos soñábamos de pequeños tiene un final y ¿Quién sabe? Quizás está más
cerca de lo que pensamos. Aquí es donde el corazón se rebela una vez más,
intentando cumplir los deseos más ocultos de cada uno de nosotros. Siempre hay
alguna excepción, un pequeño detalle que marca la diferencia, un insignificante
recuerdo que por algún motivo en especial queremos mantener vivo.
También
dicen que no tenemos el poder para cambiar el mundo pero ya sabes: nunca digas
nunca. La ilusión está ahí, ya seas un adolescente o un anciano. Porque donde
hubo siempre queda y a diferencia del cerebro, el corazón jamás olvida.
Acabado, sentenciado, finiquitado o como bien dice una amiga mía: "cruz y raya". Todo ocurrió muy deprisa y me dejé llevar por los impulsos, intenté arreglarlo, llegar a la causa del problema y extirparlo de raíz para empezar de cero, como si nada hubiese pasado, pero fallé. Me fuí, tuve el valor para alejarte de mi vida, sacarte de mi mente con todas las consecuencias que eso implicara. Busqué el apoyo de mis amigos y de las personas que me quieren, tratando de tapar ese gran vacío que creaste pero no lo conseguí. Sigo recordando esos momentos que pasamos juntos, los consejos que me dabas desde la experiencia o las fotografías que me enseñaste, cada una representaba una sonrisa, una historia, sonrisa a la que yo cariñosamente llamaba: "sonrisa vitaldent". Imaginé todas tus posibles reacciones ante tan inesperada reacción mía: ira, desesperación, tranquilidad, nerviosismo...o conociéndote: dejarte llevar por la locura. Después supe lo que ocurrió en realidad y no te culpo por odiarme pues yo también lo haría. Resulta que al final de todo no soy tan fuerte como todos imagináis, después de cada caída, cada error y cada golpe de la vida, te busqué. Te busqué como causa del problema o como alivio de mi espíritu herido.
¿Te recuerdo un par cosas? Tienes razón, soy inmaduro, bipolar, impulsivo, indeciso, etc... Pero sigo siendo el mismo chico del que te enamoraste un día. Que las personas cambian por dos motivos: O aprendieron demasiado o sufrieron lo suficiente, y en mi caso, cambié por las dos. Lo reconoceré una y otra vez, desnudando mi alma hasta puntos inimaginables: no te puedo olvidar, me resulta imposible, ningún tipo de actividad distrae a mi mente lo suficiente. Ha pasado ya una semana y me he acostumbrado a la distáncía. Antes también se interponía entre nosotros pero de alguna extraña forma, nos mantenía unidos. He llorado al reflexionar sobre esta extraña situación. ¿En que me estoy convirtiendo?
Quizás aquellas voces de mi cabeza tenían razón: "nunca serás lo suficientemente bueno para nadie". pero lo cierto es que no me importa, ya habrá tiempo para curar heridas, madurar y con un poco de suerte, reparar errores. Este es mi sueño imposible, dar marcha atrás en el tiempo hasta el día en que algo dentro de mí despertó, provocando sentimientos muy distintos y creando emociones nuevas para mí.
Demasiadas lágrimas derramadas por motivos que nunca tuvieron la suficiente importancia, el tiempo me formó, marco cada rasgo de mi ser sin posibilidad de retorno.
Falla, cáete, levántate y vuelve a caer.
De los errores se aprende y yo aprendí que las apariencias engañan.La experiencia dice que una cara bonita no significa un buen corazón.